lunes, 6 de junio de 2011

SANTIDAD EN NUESTRA MANERA DE HABLAR Y DE PENSAR

EN NUESTA MANERA DE HABLAR

La lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas (Santiago 3:5). Este pequeño fuego es capaz de incendiar un bosque grande Ningún hombre puede domar la lengua (Santiago 3:8).

Solamente el creyente sometido al Espíritu Santo es capaz de dominar su lengua. Sabemos que esto es posible porque David dijo: Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua; Guardaré mi boca con freno (Salmos 39:1)

Job a pesar de sus muchas aflicciones dijo: Mis labios no hablaran iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño (Job 27:4). Muchas personas hablan cosas necias cuando están acosadas por problemas. En todo lo que pasó, no pecó Job con sus labios (Job 2:12).

El creyente debe limpiarse de todos los pecados relacionados a la lengua, la mentira, la exageración, la vanagloria, la calumnia, el chisme, las palabras obscenas, las palabras ofensivas, etc.

• Debe cuidarse de tomar el Nombre de Dios en Vano, de palabras obscenas, de chistes vulgares, de frases con doble sentido, etc.
• Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes (Efesios 4:29)
• Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira enojo, Malicia, blasfemia palabras deshonestas de vuestra boca (Colosenses 3:8)
• No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres (1 Corintios 15:33)
• Porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto (Efesios 5:12)


Debe cuidarse de gritería, blasfemia, maledicencia, contiendas de palabras, etc.
• Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia (Efesios 4:31)
• ...Nos maldicen, y bendecimos... (1 Corintios 4:12)
• ...Ni los maldicientes... heredarán el reino de Dios (1 Corintios 6:10)
• El hombre deslenguado no será firme en la tierra (Salmos 140:11)
• Hermanos nos os murmuréis los unos de los otros... (Santiago 4:11)
• Pero estos, hablando mal de las cosas que no entienden... (2 Pedro 2:12).
• Que a nadie difamen (Tito 3:2)
• ...Sino también chismosas y entremetidas, hablando lo que no
debieran (1 Timoteo 5:13).
• Sin leña se apaga el fuego. Y donde no hay chismoso, cesa la
contienda (Proverbios 26:20 con v.22).


Debe Cuidarse de Mentiras
• ...Y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con
fuego (Apocalipsis 21:8)
• No mintáis los unos a los otros... (Colosenses 3:9)
• ...Para que mintiesen al Espíritu Santo...(Hechos 5:3)
• El testigo verdadero no mentira... (Proverbios 14:5)
• Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es
mentiroso... (1 Juan 4:20)
• La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo (Salmos 119:163).
• Seis cosas aborrece Jehová...la lengua mentirosa... el testigo falso...
Y el que siembra discordia entre hermanos. (Proverbios 6:16,17,18)
• Proverbios 10:18; 12;19, 22; 21:6; Efesios 4:25.

Abraham es un ejemplo clásico del peligro que corremos por medio de la deshonestidad. No reveló toda la verdad en cuanto a su relación a Sara. No mintió, pero simplemente no dijo todo lo que sabía. La deshonestidad tiene graves consecuencias (Génesis 12:11-19).

Isaac siguió el mismo ejemplo de su padre (Génesis 26:7-11)

Después vemos esta misma cualidad brotándose en la vida de Jacob al engañar a su padre
Isaac. La mentira se aprende por el modelo de los padres. Ananías y Safira se murieron por su falta de honestidad (Hechos 5:1-10). El cristiano debe ser honesto en su trato con el gobierno. Debe pagar sus impuestos. No debe robar luz y agua, tratando de justificarse porque otros lo hacen.

 Debe cuidarse de la Vanagloria, o de la Auto-Exaltación.
• Vanagloria habla de alabarse, jactarse, arrogancia y presunción.
• Alábate el extraño, y no tu propia boca (Proverbios 27:2)
• Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos... (2 Corintios 10:12)
• Porque no es aprobado el que se alaba a si mismo, sino aquel a quien Dios alaba (2 Corintios 10:18)

 Debe cuidarse de hablar sin cuidado
• El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad (Proverbios 13:3)
• No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que  fue ignorante. Por  qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y destruya la obra de tus manos.  Eclesiastés 5:6)
• Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios (Salmos 141:3)
• En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente (Proverbios 10:19)

EN NUESTRA MANERA DE PENSAR

La Biblia describe la mente del hombre no nacido de nuevo como andando en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido (oscurecido) (Efesios 4:18). Al nacer de nuevo, la mente del hombre se renueva diariamente por someterse al poder del Espíritu Santo que en él mora (Efesios 4:23; Romanos 12:2). Debemos entender que aunque hemos nacido de nuevo, todavía tenemos que luchar en contra de la mente carnal que no quiere aceptar la mente de Cristo (Romanos 8:5-14; Gálatas 5:17-18) El diablo ha emprendido una lucha por mantener conquistada la mente de los seres humanos. La mente de hombre esta cegada por el dios de este siglo (el diablo) para que no entiendan el evangelio.

Pablo dijo:
"Pero si nuestro evangelio esta aun encubierto, entre los que se pierden esta encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la Gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios" (2 Corintios 14:3-4) Después de convertirnos, nos daremos cuenta de que es exactamente en la mente nuestra, donde se libra la batalla más intensa por nuestras almas. El campo de batalla es la mente. Casi siempre perdemos o ganamos la batalla en nuestra mente antes de pelearla.

La batalla por la mente del ser humano es una de larga trayectoria que no cesara a través de toda su vida terrenal. No habrá momento cuando no tengamos una lucha mental sirviendo al Señor. Leamos las palabras de Pablo:

"Pues aunque andamos en la carne no militamos según la carne, porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta en contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo" (2 Corintios 10:3-5) Hemos emprendido una lucha, una guerra en contra de toda idea, imaginación o pensamiento que este invadiendo nuestra forma de  pensar. Allí es donde el cristiano tiene su mayor batalla.

Sin embargo, las armas del creyente no son carnales, sino espirituales. Son poderosas. Destruyen fortalezas.  Derriban argumentos.  Llevan cautivo todo pensamiento.

En el Antiguo Testamento, una fortaleza era un lugar fortificado en donde el pueblo de Dios o sus enemigos encontraban refugio (2 Samuel 5:7; 1 Samuel 23:13). Entonces, una fortaleza es un lugar en la mente del creyente, donde una idea, pensamiento, altivez o argumento del enemigo ha encontrado refugio. El creyente que le brinda refugio al enemigo, le da permiso de construir una fortaleza, y luego necesitará de las armas poderosas del Espíritu para lograr derribar esas fortalezas donde el enemigo está intrincado.
Aunque una tentación sea exterior en naturaleza, a fin de cuentas, la decisión final para cometer el pecado o no, se toma en la mente del hombre.

• No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento (Romanos 12:2)
• Y renovaos en el espíritu de vuestra mente (Efesios 4:23)
• ...que solo piensan en lo terrenal (Filipenses 3:19)
• Que no os dejéis de mover fácilmente de vuestro modo de pensar (2 Tesalonicenses 2:2)
• Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento... (1 Pedro 1:13)

Vemos que Pedro usa este último versículo en relación con el tema de la santidad (1 Pedro 1:14-19). Desde la antigüedad los soldados han ceñido sus lomos para facilitar su movilidad en la guerra. Las personas se ceñían cuando iban a servir o a trabajar.

Hay que ceñir, recoger o como decimos: atar los cabos de la mente. Enfocarla sobre la batalla espiritual que está librando y renovarla por medio de la oración y la lectura bíblica y para servirle mejor al Señor.

 Tu guardarás en completa paz a aquel cuya pensamiento en  Ti persevera (Isaías 26:3)

Material recopilado y desarrollado por la Hermana Sandra Paola Ruiz Macías.
Coordinadora Clase de Corderitos.

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