viernes, 2 de septiembre de 2011

TEMA DEL 4 DE SEPTIEMBRE 2011. LA PAZ, LA ALEGRIA, LA PERSEVERANCIA, LA DILIGENCIA Y LA SENCILLEZ


ELABORADO POR:  HNA YENNY VEGA

LA PAZ, LA ALEGRIA, LA PERSEVERANCIA, LA DILIGENCIA Y LA SENCILLEZ

LA PAZ


Paz.  La palabra paz deriva del latín pax. Es generalmente definida, en sentido positivo, como un estado de tranquilidad o quietud.  
Paz Según algún diccionario secular es: Concordia, reposo, armonía, calma,  tranquilidad, sosiego, término de una guerra, no deber a nadie.
PAZ según la Biblia: Viene al creyente cuando él se reconcilia con el Todopoderoso, con EL Señor  Jesús. La primera reconciliación debe venir del interior de cada persona (Santiago 4:1-8).  Cuando la Palabra de Dios está en nuestros corazones, la paz se manifiesta en los que así lo hacen (Colosenses 3: 15).
La paz tiene tres direcciones:
Paz con Dios.
Paz conmigo mismo.

Paz con mi prójimo.
Paz con Dios
Al obtener nuestra salvación por medio de Cristo, recibimos el perdón de nuestros pecados y nos reconciliamos con Dios (Romanos 5:1; Isaías 53:5).
Al andar en su camino, obtenemos su paz que guardará nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús (
Filipenses 4:7). Su paz es nuestra fortaleza contra la adversidad (Isaías 66:12).
Paz conmigo mismo
Al igual que con el amor, debemos aceptarnos como somos, y como Dios nos hizo. No lastimarnos con culpas y condenaciones. Si en lo más íntimo de nuestro corazón quisimos hacer las cosas bien, si quisimos agradar a Dios y sin querer tropezamos, recordemos que siempre estará la Gracia de Dios para atajarnos, para que no caigamos.
Si le hemos pedido perdón a Dios, Él anhela que lo intentemos de nuevo, y sigamos andando en justicia, gozo, y paz de Dios.


Debemos aceptarnos para poder aceptar a los demás. Podemos recibir su perdón por la justicia de Cristo:

“Y a vosotros estando muertos en pecado y en la circuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con Él, perdonándoos, todos los pecados anulando el acta de los decretos que había contra nosotros que nos era contraria quitándola de en medio y clavándola en la cruz”
(
Colosenses 2:13-14).
Paz con mi prójimo
Es aprender a amar, aceptar y perdonar a los demás como Dios lo hace conmigo, siempre.
A veces nuestro amor o perdón al otro se limita al momento pues le decimos: “hoy te perdono, pero cuídate mañana”. No es así como Dios lo hace con nosotros.
En la iglesia, el trabajo, en el hogar, con los hijos, con el cónyuge, se aliviarán muchas tensiones si pudiéramos decir: “Te amo y te acepto como eres”. No tratemos de cambiar a los demás, esa es tarea del Espíritu Santo.
Algunos matrimonios flamantes piensan en la luna de miel, ¡uy! ¡Tiene este defecto!
Pero ya va a cambiar...  Pasan los años y dice: ¡Este no cambia más!”
Dile a tu cónyuge, a tus hijos: “Te amo, así como eres”. Y las cosas empezarán a aflojarse.
(
Romanos 12:18; Efesios 4:3-4; Mateo 5:9; 1 Pedro 3:11).
¿Qué debemos hacer para mantener la paz?
·         Poner confianza y fe en el Señor y su Palabra (Isaías 26:3).
·         Poner la mira en las cosas de arriba (Colosenses 3:1-4, Romanos 8:6).
·         Poner nuestros ojos en Jesús (Hebreos 12:2).
·         No esconda sus emociones, convérselas con el Señor y con un hermano en la fe que pueda ayudarle. Saque a luz todo.
·         Si hay amargura hacia otro o hacia nosotros mismos, perdonemos a los demás y a nosotros mismos.
·         Conocer cada día más a Dios y pedirle ser llenos del Espíritu.
·         Busque la santidad y refleje a Jesús en sus actitudes (1 Pedro 3:10-11).
·         Si un hermano nos pone a prueba en cuanto a la paciencia, somos responsables de guardar la paz y no sólo en el hecho seguido sino también guardar la paz en mi corazón y pensamiento (Efesios 4:3).
·         Pongamos en oración todo y démosle gracias (1 Tesalonicenses 5:16-18).
·         Dios quiere que tengamos salud en nuestros corazones y mentes.
·         El Espíritu Santo quiere y puede transformarnos, está en nosotros permitirle que lo haga.
Otras citas:Números 6:24-26------Proverbios 3:23-26------Hebreos: 13-14


LA ALEGRÍA
¡Cuántas veces nuestra actitud es de alegría!, se ve en el semblante; una sonrisa… nos preguntamos ¿porque esa expresión de alegría? Vamos analizar el porque estamos felices: Primero es porque estamos bien con nosotros mismos y al estar así nuestra actitud hacia los demás es de amor y comprensión.
El valor de alegría es en todo momento ver nuestra realidad siempre conociendo nuestra responsabilidad, compromiso, asumiendo también nuestros dolores penas y sufrimientos.
Estar alegres es una actitud de cómo afrontamos a nuestro espíritu todas las cosas que nos rodean, quien se deja afectar por las cosas malas, es elegir a sufrir. Quien decide que la paz es mayor que las causas externas se acerca más a la alegría. Una alegría que viene desde adentro.
La alegría no se encuentra se construye, dejando nuestro propio egoísmo y vivir mas para nuestro prójimo, es saber darse sin medida, sin interés, por el simple hecho de querer ayudar con los medios a nuestro alcance.
Cada vez que realizamos algo bueno con sacrificio o sin el, con desprendimiento de nuestra persona o cosas, sentimos la alegría de haber cumplido un deber y eso nos trae una paz interior.
El tener vida ya es un momento suficiente de alegría, aún sea en los momentos más adversos porque nos da la oportunidad de transformar nuestra vida en lo que realmente apreciamos, es tener la paz interior y empezar de nuevo con las posibilidades de dar algo positivo y de provecho para los demás, “es hacer el bien, sin mirar a quién.”
Contento, júbilo, alborozo, algazara, animación, entusiasmo, felicidad, regocijo, diversión, esparcimiento, entretenimiento, gozo, regodeo, satisfacción, risa, hilaridad.
¿Cuál es la fuente de alegría? La alegría es un don de Dios y crece cuando tenemos su perspectiva de la vida. Está en la Biblia, Filipenses 4:12-13, "Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
La alegría crece a causa de la humildad y la confianza en Dios. Está en la Biblia, Salmo 131:1,"Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí".
La alegría crece por la devoción a Cristo y a los valores eternos. Está en la Biblia, Mateo 6:24, "Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas".
La codicia es una barrera para obtener la alegría. Está en la Biblia, Éxodo 20:17, "No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo".
El materialismo es también una barrera para conseguir la felicidad. Está en la Biblia, 1 Timoteo 6:9, "Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición".

LA PERSEVERANCIA
La perseverancia es un esfuerzo continuo, supone alcanzar lo que se propone y buscar soluciones a las dificultades que puedan surgir, un valor fundamental en la vida para obtener un resultado concreto. Con perseverancia se obtiene la fortaleza y esto nos permite no dejarnos llevar por lo fácil y lo cómodo. El estudio siempre implica paciencia y perseverancia para su conclusión. Por esto es muy importante que los niños aprendan a ser perseverantes. Les brindará de estabilidad, confianza en sí mismos y madurez.
 Aprender a ser perseverante
La perseverancia se aprende con ejemplos. Que los padres, así como los profesores del niño, le enseñen qué es ser perseverante a través de sus acciones. Lo lograremos si somos constantes en nuestras actividades y nos anticipamos a los obstáculos, si tenemos firmeza frente a las dificultades, si enfrentamos los retos sin miedo, con un compromiso pleno y decidido para cumplir con nuestra tarea, o la actividad que sea.
¿En Cuales cosas debemos perseverar los cristianos en nuestra vida cristiana?
1. EN LA GRACIA Hechos 13:43 La gracia la hemos recibido por medio de Jesucristo es la misericordia o el favor de habernos perdonado de nuestros pecados, cada paso en el curso de la vida cristiana se debe a la gracia Gálatas 1:15, por eso es importante alcanzar siempre la gracia de Dios, y mantenernos en ella esto lo logramos reconociendo y adhiriéndonos firmemente en obediencia y dependencia en todas las áreas de nuestra vida a Jesucristo (Juan 15:5).
2. EN LA ORACIÓN                                                                                                                                        La Oración se ha considerado como el Oxígeno para respirar en la vida espiritual del creyente que cuando falta se empieza a morir, porque sin comunicación una relación muere. En el aposento alto los discípulos perseveraban unánimes en oración y a consecuencia fueron llenos del Espíritu Santo Hechos 1:14, en Colosenses 4:2Pablo exhorta y anima para que se persevere en la Oración y que velemos en ella con acción de gracias, esta es la manera para mantenernos en conexión con el Espíritu Santo.
3. EN LA PALABRA                                                                                                                             Santiago 1:25Es de suma importancia perseverar en la Palabra porque dice Santiago que seremos Bienaventurados en lo que hacemos, esto nos recuerda lo mismo que Moisés le dijo a Josué. (Josué 1:8) una de las causas que un cristiano no prospera es porque no toman en cuenta la palabra en ninguna de sus decisiones y no perseveran en obedecerla en todo lo que nos manda, de ella depende nuestro crecimiento y nuestra Madurez que es tan necesaria para caminar en el camino de la perfección. Pablo dice a Timoteo que persista en lo que ha aprendido (2 Timoteo 3:14) y en Hechos vemos que la iglesia perseveraba en la Doctrina o sea en la enseñanza que habían recibido de los apóstoles.
4. EN LA COMUNIÓN CON LOS HERMANOS.                                                                                    Hechos 2:42 Es de vital importancia perseverar en la comunión con los hermanos ya que Dios no nos hizo para vivir solitarios sino para vivir en comunidad. Porque todos nos necesitamos en todos los momentos en los cuales pasa nuestra vida sea de alegría, de tristeza, desanimo o enfermedad, la Biblia dice que todo lo que sembramos es lo que cosechemos en todo momento sembremos una semilla de amor en cada corazón que encontremos y siempre cosecharemos amor y comprensión ¡qué Hermoso es vivir en Armonía! Lo dice el Salmo 133:1.

LA DILIGENCIA
La diligencia es la virtud cardinal con la que se combate la pereza.
En su calidad de virtud, la diligencia abarca a Dios, a uno mismo y con los demás:
 Diligencia con Dios significa cumplir con los compromisos con Él (oraciones, promesas, mandamientos, etc.).
 Diligencia con uno mismo significa no ser inactivo, no caer en la pereza, con metas fijas y cumpliéndolas a tiempo.
 Diligencia con los demás significa poner entusiasmo en las acciones que se realizan con y para ellos.
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios, sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” Efesios 5:15,16.
La mano negligente empobrece; mas la mano de los diligentes enriquece. (Proverbios 10:4).
La diligencia es la virtud que vence al pecado capital de pereza
Diligencia es prontitud, cuidado y eficiencia en el cumplimiento del deber. 
Jesús nos enseña que el discípulo debe ser fiel en el cumplimiento del deber lo cual requiere diligencia. A cada uno se le pedirán cuentas.
 Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado."
Su señor le dijo: "¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor." -Mateo 25:20-21
Que cada uno sea diligente para escuchar y tardo para hablar, tardo para la ira. -Santiago 1:19
Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste hasta el fin la misma diligencia para la plena realización de la esperanza  -Hebreos 6:11
La diligencia es la mejor fortuna del hombre.  Proverbios 12:27
Mano indolente empobrece, la mano de los diligentes enriquece. Proverbios 10:4
La mano diligente obtiene el mando; la flojedad acaba en trabajos forzados. Proverbios 12:24
Tiene hambre el perezoso, más no se cumple su deseo; el deseo de los diligentes queda satisfecho. Proverbios 13:4
Los proyectos del diligente, todo son ganancia; para el que se precipita, todo es indigencia. Proverbios 21:5.

LA SENCILLEZ
Facilidad, simplicidad, naturalidad, franqueza, campechanía, sinceridad, inocencia, ingenuidad, humildad, afabilidad, espontaneidad.
Jesucristo amaba la sencillez
1. No trató de impresionar a sus oyentes con palabras finas o filosofías
a. ejemplo Lucas 21:1-4
b. al señalar a esta viuda pobre con palabras sencillas, tumbó toda la pomposidad y vanagloria de los líderes religiosos de su día
2. Habló no de cosas complicadas sino de...
a. un campesino sembrando semilla
b. un lirio del campo
c. un pastor buscando una oveja perdida
d. un padre recibiendo a su hijo arrepentido
CAMPOS DE LA SENCILLEZ
1) Sencillez con Dios: aceptar su plan.
2) Sencillez con los superiores: aceptarlos como son, con sus defectos y limitaciones, "factores que no les impiden ser los auténticos representantes de Dios".
3) Sencillez con los demás: amoldándose a la gran riqueza que alberga una vida de comunidad en caracteres, temperamentos, personalidades, psicologías. Aporta alegría, optimismo, seriedad, responsabilidad, iniciativa, armonía.
4) Sencillez conmigo mismo: no hacerme líos, no cavilar. Esto me destroza por dentro. Al pan, pan; y al vino, vino.
FRUTOS DE LA SENCILLEZ
1) Todo se explica mejor: vocación, obediencia, compromisos.
2) Todo se penetra mejor: el corazón del hombre, las necesidades de la Iglesia...
3) Todo se afronta mejor: la vida, el sufrimiento, la dificultad.
4) Todo se sana mejor: heridas de la mente, del corazón y de los sentimientos.

lunes, 1 de agosto de 2011

SIGUE ESTOS ENLACES PARA ENCONTRAR LOS TEMAS DEL MES DE AGOSTO CORRESPONDIENTE AL MODULO VALORES Y VIRTUDES:


VALORES Y VIRTUDES. SUBTEMA 4 – 28 DE AGOSTO :LA OBEDIENCIA, LA SUJECIÓN, LA MANSEDUMBRE, PRUDENCIA.

ELABORADO POR:  HNA.  YENNY VEGA DE QUINTERO

LA OBEDIENCIA:

Obediencia a DIOS
La biblia nos habla de la obediencia desde cuando creo a Adán y a Eva, en el huerto del Edén ¿Por qué Dios colocó un árbol en el huerto, para después prohibir a Adán comer de él? Dios quería que Adán lo obedeciera, pero Él le dio la libertad de la elección. Sin una alternativa, Adán habría sido como un prisionero, y su obediencia habría sido hueca. Los dos árboles presentaban un ejercicio de decisión, con recompensas si se elegía obedecer o tristes consecuencias si se decidía desobedecer. Cuando usted se enfrente a la alternativa, siempre elija obedecer a Dios. Génesis: 2-17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Dios quiere que el ser humano obedezca su palabra (hacer su voluntad) porque esto trae bendición y vida eterna a su vida.Mateo: 7-21  No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad demi padre que esta en los cielos.

Obediencia a los Padres
Mientras los hijos dependen de los padres, deben obedecerles; y aunque esta obligación acaba cuando deciden -por ejemplo, casarse, con la mayoría de edad, etc., lo que nunca debe acabar es el respeto que deben a sus padres.La honra y obediencia a los papás es el quinto mandamiento en la ley de Dios. Es el primer mandato que se dirige al hombre en su relación para con sus semejantes, y es una manifestación a la unidad familiar. De allí debe de partir la buena relación entre los padres e hijos. Los hijos se hallan en la obligación de obedecer a sus primogénitos.Las bendiciones de Dios se demuestran cuando los hijos asumen la responsabilidad de respetar a sus padres.

Es la honra filial, que ordenó Jehová: ¨Cada uno temerá a su padre y a su madre.....Yo Jehová vuestro Dios.¨ Levítico 19:3.; ¨Y maldito el que deshonrare a su padre y a su madre¨ Deut.27:16.; Jesús lo ratificó: ¨Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Mateo 15:4.  Por lo tanto se recomienda que los hijos desde la tierna edad sigan las enseñanzas de sus padres.

La obediencia y el respeto hacia los padres es algo que se ha perdido mucho, lamentablemente. No quisiera generalizar esta postura, pero, muchos hijos, niños y jóvenes, ya no respetan a sus progenitores.  Que triste es cuando se lee, escucha o, se ve, en los medios de comunicación, acerca de hijos pegándoles, maltratando, o hasta quitando la vida a sus padres.  También, se está poniendo de moda que hijos demandan a sus papás, porque dicen de injusticias que éstos cometen contra ellos. (En algunos países). 

Al hijo que se le ha enseñado el temor de Dios, que se le ha dado la educación del Señor, siempre tendrá el deber de respetar a sus papás. Escucharlos, obedecerlos, tenerles paciencia, tratar de comprenderlos; sin gritos, sin discusiones que lleven al odio, la rencilla y el rencor. Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.¨ Efesios 6:1.
Revisa sobre este tema :
Éxodo: 20-12, Colosenses: 3-20, Proverbios: 10-1, Proverbios: 13-1, Proverbios: 17-25


LA SUJECIÓN:

Va ligado a la obediencia.  La persona que se somete y se deja dominar por otros aceptando su voluntad y obedeciendo lo que le imponen.

Sujeción: Vemos que la Biblia nos enseña que la sujeción es la forma en la cual nos debemos comportar uno frente al otro. En Efesios 5:21 la Biblia dice: 21 Someteos unos a otros en el temor de Dios. Sujeción no tiene que ver con rendirse que normalmente envuélvele el no tener ninguna otra alternativa sino que está ligado a los conceptos de “soltar” y al concepto de gozo que la Biblia nos presenta.

Un ejemplo muy claro de no sujeción es la vida de Absalón hijo del rey David. De todas las sujeciones, una de las que más trabajo le cuesta a la mayoría de los creyentes, y al mismo tiempo una de las que mayores dolores de cabeza les ha dado a los líderes de las iglesias, ha sido precisamente esa: la sujeción al liderazgo de una congregación local. En la carta a los Romanos, encontramos un punto que, de tan controvertido, muchos quisieran que nunca jamás hubiera sido escrito; ¡y hasta llegan a cuestionar al propio Pablo por haberlo hecho!

(Romanos 13: 1)= Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.

Si examinamos Tito 3:1, veremos que este texto respalda da alguna manera al antes mencionado, cuando dice: “Recuérdalesque se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra”. No es el único. 1 Pedro 2:13, al respecto, agrega que: Por causa del Señor, someteos a toda institución humana (Y aquí también entra la iglesia).

LA MANSEDUMBRE

La palabra mansedumbre significa bondad, humildad.  Mansedumbre modera la ira y sus efectos desordenados. Es una forma de templanza que evita todo movimiento desordenado de resentimiento por el comportamiento de otro.  Es otra virtud que se desarrolla en nuestra vida cuando somos controlados por el Espíritu Santo. Cuando oímos la palabra manso siempre pensamos que se trata de debilidad, al contrario manso es una palabra poderosa del Nuevo Testamento, quiere decir: “tener el poder siempre bajo control.” Jesús es el ejemplo supremo de una persona mansa. ¿Fue Jesús débil? En ningún momento, solo observémoslo en el templo reprendiendo el pecado con tanta autoridad, él era un hombre tan fuerte pero al mismo tiempo tan manso.

Él dice: “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” Mateo 11:29. La mansedumbre no se enfurece contra las personas que no debe de enfurecerse ni tampoco deja de enfadarse contra las personas que debe de enfadarse. Debemos pedirle a Dios que desarrolle en nosotros un espíritu de mansedumbre.
No significa debilidad, sino fortaleza sujeta a control. La palabra lleva la idea de humildad y autodisciplina.  La mansedumbre es una virtud que a veces no es muy bien vista, pues se piensa que conlleva cierta debilidad. Hoy en día, en cambio, se alaba y premia la fuerza física. Tal vez no se ha considerado que se requiere más fuerza para dominarse a uno mismo que a los demás. Por ejemplo, en un enojo, o en un momento de ira es más fácil perder el control y responder mal o gritar, que mantener la calma y callar si es preciso.

Algo muy valioso tendrá está virtud que el Señor la incluye en las Bienaventuranzas y nos invita a imitarlo.  Es la historia de una mujer campesina francesa, mayor de edad, dio hospedaje a un joven chino. Este joven era ateo, tenía ideas comunistas, y trataba de convencer a la mujer de que su fe ya era cosa del pasado. La buena mujer le daba de comer y lo atendía pero, no obstante, el joven procuraba con varios argumentos, y citando a pensadores de renombre, hacerle ver que Dios no existía y que debía abandonar esas ideas. Ella se limitaba a contestarle: “Mire, joven, seguramente usted es un hombre sabio que ha estudiado mucho. Pero yo sólo se una cosa y es que Jesús nos ha dicho que amemos a los demás como él nos amo”. El joven se desesperaba pero no dejaba su empeño por convencer a la mujer.  Cierto día unos fugitivos, también comunistas, que estaban huyendo del ejército nazi, le pidieron asilo por una noche a esta mujer. Ella accedió con mucho gusto y les dejó las habitaciones incluyendo su propio cuarto y se fue a dormir a un pasillo. Les dejó ropa limpia, toallas y una cena.  A la mañana siguiente el grupo de comunistas se fue silenciosamente llevándose todo. El joven chino estaba muy indignado y furioso por el robo de esos hombres. Pero estaba aún más sorprendido de la actitud de la mujer: comprobaba que no mostraba el menor síntoma de haberse disgustado. No lo comprendía. La mujer volvía a decirle que Jesús nos pedía amar a nuestros enemigos o por quienes nos hacen un mal. Fue tal la impresión que recibió este hombre chino al ver la mansedumbre de la mujer que no solamente creyó en Dios si no que se convirtió a él.

Los mejores argumentos que favorecieron la conversión del joven, fueron el ejemplo y mansedumbre que hicieron vida las palabras de Jesús.  Aunque es un buen deseo mantener la calma en situaciones difíciles, habremos experimentado lo difícil que es. Sin embargo no estamos solos para lograrlo, contamos con la ayuda de Dios para ello. Algunos recomiendan contar hasta diez antes de hablar airados. Seguramente será mejor solicitar la ayuda divina en esos momentos.

Otros textos de referencia:
Números:12-3, Salmos: 37-11, Gálatas: 5-23, Mateo: 5-5Eclesiastés: 10-4,                                                                                                                                                     Sofonías: 2-3, Efesios: 4-2, Colosenses: 3-12, 1 de Timoteo: 6-11, Tito: 3-2 Salmos: 37-1

LA PRUDENCIA

¿Qué es la prudencia? El diccionario define este vocablo como “una virtud que hace prevenir y evitar las fallas y los peligros que acechan a la humanidad”. En otras palabras, la prudencia hace que el individuo razone con buen juicio, que mantenga equilibrio entre la armonía y la razón, y que se desempeñe con moderación y justicia

¿Qué es ser prudente?
Prudente es el hijo que reacciona antes de ofender o insultar a sus padres.
Prudente es el alumno que es consciente de sus obligaciones escolares.
Prudente es el maestro que enseña sin esperar recompensa.

Prudente es aquel que es buen hijo, buen padre y buen ciudadano.
Prudente es la mujer que practica el honor y la dignidad.
Prudente es el amigo que sabe corresponder a la amistad de otra persona.
Prudente es el que valora los talentos que tiene y los desarrolla según sus facultades.
Prudente es el que cuida de su cuerpo, que es templo del Espíritu Santo.
Prudente es el que sabe hablar a tiempo y callar en el momento oportuno. El sabio Salomón, entre sus múltiples reflexiones, dijo que había tiempo para todo: para callar y para hablar.

La prudencia hace que como individuos razonemos con buen juicio, que mantengamos equilibrio entre la armonía y la razón, y que nos desempeñemos con moderación y justicia.   La Escritura nos menciona del dulce cantor de Israel, David el pastor de las ovejas, veamos lo que el texto sagrado nos dice de él: “…es valiente y vigoroso, y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él”;“Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor de él” (I Samuel 16:18; 18:15).
Esta es una de las cualidades que los distinguían y lo hacían una persona insigne. La prudencia no asume de los riesgos innecesarios. Medita sus decisiones y son pocas las veces que se equivoca.Hace que fermenten las otras esencias del comportamiento, le da cauce al valor, aplica los principios de Dios a su vida cotidiana y le pone cimientos a la fidelidad.

El sabio Salomón dijo: “En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente” Prov. 10:19 La Biblia honra al hombre y mujer prudente, los pone como ejemplo. Una persona prudente será más confiable, cultivará mejores relaciones humanas y tendrá mayor discernimiento en toda circunstancia. El hombre prudente medita sus pasos y tiene una conciencia más sensible. La prudencia está unida a la honestidad, y la honestidad a la honradez.

Proverbios: 10-19, Proverbios: 13-16, Proverbios: 16-21 y 23, Mateo: 7-24 (El hombre que edifico su casa sobre la roca), Mateo: 25 (Las 10 vírgenes), Tito: 2-6 (Jóvenes sean prudentes).

VALORES Y VIRTUDES. SUBTEMA 3 - AGOSTO 21 . La Integridad, La Fidelidad, La Honradez


ELABORADO:  HERMANA MARTA CECILIA LOBO CH.
La palabra “integridad” implica rectitud, bondad, honradez, intachabilidad; alguien en quien se puede confiar; sin mezcla extraña; lo que dice significa eso: lo que dijo; cuando hace una promesa tiene la intención de cumplirla.
Continuamente creamos nuestra realidad a través de las elecciones que hacemos, momento a momento creando y manteniendo la armonía al seguir nuestra conciencia y actuar por el bien más elevado. Estamos siendo valientes cuando vivimos de acuerdo a nuestra conciencia cuando sería fácil esconder de los otros que no estamos siguiendo nuestra conciencia. Es más cómodo deslizarse hacia abajo por la colina de la vida, manteniendo o divagando en Nuestro estado de conciencia actual, que seguir las escaladas algunas veces duras del camino de lo que sabemos es correcto.
Al vivir con integridad personal los demás se dan cuenta que pueden confiar en nosotros -nos convertimos en un amigo digno de confianza- un valor para nuestra familia del mundo.  Cuando integramos personalmente nuestra conciencia más elevada en nuestra vida diaria, en nuestras acciones cotidianas, tenemos mayor capacidad para disfrutar la felicidad y la armonía.
Es muy importante que tomemos buenas decisiones en nuestra vida cotidiana. Miremos a continuación dos situaciones:   ¿Cómo reaccionaría una persona íntegra en cada una de ellas?
Al joven le dan ganas de responder a las provocaciones de sus compañeros, pero decide marcharse sin hacer nada, pues recuerda este mandato: “No se venguen, amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová’” (Rom. 12:19).
 La hermana que está en un grupo donde se empieza a hablar mal de alguien se acuerda de este consejo: “Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para la edificación de este” (Rom. 15:2). Ella sabe que Dios no aprueba ese tipo de conversación, pues no es edificante y podría dañar la reputación de la persona. Así que en vez de seguirles la corriente a sus amigas, trata de cambiar de tema. Cada uno de estos dos cristianos demuestra por sus decisiones que reconocen al Señor Jesucristo como su Soberano y que desean agradarle. Ser íntegros.  Que privilegio: alegrar el corazón de Dios!.   Vale la pena esforzarse por ser personas íntegras y leales.
2. El Señor nos juzgará basándose en nuestra integridadComo vemos, cuando somos íntegros, estamos apoyando la soberanía de Dios. Pero otra razón por la cual debemos ser íntegros es que Dios se basará en nuestra conducta para juzgarnos. Así lo entendía Job (léase Job 31:6). Él sabía que Jehová pesa a las personas en una “balanza exacta”, es decir, que con su justicia perfecta determina si son íntegras. David expresó una idea parecida: “Jehová mismo pronunciará sentencia sobre los pueblos. Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, y conforme a mi integridad en mí. [...] Dios como justo está poniendo a prueba todo nuestro ser. (Sal. 7:8, 9).
Sabemos que Dios puede observar lo que hay en lo más recóndito de nuestro ser, como dijo David, se fija en nuestra integridad y nos juzga basándose en ella.
Imaginémonos a Jehová examinando el corazón de los miles de millones de habitantes de la Tierra (1 Cró. 28:9). ¿Verdad que encuentra pocas personas que le son leales? Recordemos que aunque somos imperfectos, podemos estar entre esas personas.  Al igual que los cristianos verdaderos de la actualidad, David esperaba vivir para siempre sirviendo a Dios y acercándose cada vez más a él. Sabía que si se mantenía íntegro, se cumplirían sus expectativas. Si nosotros somos leales, también podemos contar con su apoyo, guía y bendición. 
Así que hacemos bien en examinarnos honradamente para ver si somos personas íntegras y si nuestra esperanza está viva.  Jamás olvidemos que al ser íntegros, apoyamos la soberanía de Jehová y protegemos nuestra maravillosa esperanza. ¡Seamos siempre personas íntegras y leales a Dios

FIDELIDAD.
Suele entenderse la fidelidad como lealtad en el cumplimiento de los compromisos que alguien ha contraído. En muchos casos incluye un sentimiento de amor o cariño hacia otro ser, en favor del cual se hace cuanto pueda contribuir a su bienestar. En este sentido se habla de la fidelidad de los perros respecto a sus amos, por ejemplo. A nivel humano, se dice que es fiel el empleado que cumple escrupulosamente los deberes que le han sido señalados por su amo. Ejemplo aún más elevado: el de la fidelidad conyugal, es decir, la lealtad amorosa que los cónyuges se prometen el día de su enlace matrimonial. En el plano espiritual, es fiel el creyente que se compromete a confiar en Dios y obedecerle. Pero el ejemplo más sublime de fidelidad se halla en Dios mismo, siempre cumplidor de sus pactos y promesas. Así nos lo atestiguan las Escrituras, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Fidelidad es lealtad. Una persona fiel o leal es aquella que se mantiene constante en sus afectos o en el cumplimento de sus obligaciones o en la fe que uno debe a otro. Fiel es aquél que no defrauda la confianza que se deposita en él. La fidelidad limita con la gratitud, la persona leal ha recibido un bien de otro y no olvida. Es la virtud de la memoria o la memoria como virtud. Dichoso aquél que puede dar sin recordar y recibir sin olvidar.
Infiel es el que traiciona, el ingrato que olvida y prefiere las 30 monedas. Es el pobre Judas.
La fidelidad precisa de la memoria pero también de la voluntad, porque la fidelidad es también virtud de permanencia, de constancia. En un mundo donde todo cambia, donde todo fluye, donde nunca el mismo hombre se baña en el mismo río, sólo es posible mantenerse en lo mismo gracias a la memoria voluntaria que es la fidelidad.
La fidelidad es un valor fundamental. Ya hemos escrito antes del valor de la lealtad que se aplica muy directamente con amigos, amistades, familiares y compañeros de trabajo.

LA  FIDELIDAD A DIOS:
La fidelidad es algo muy importante que debemos de tener muy en cuenta en nuestra relación con Dios, pues en el transcurrir de nuestra vida cristiana perdemos con facilidad la fidelidad hacia Dios.
Y es que nuestra fidelidad hacia Dios se ve afectada debido a las bendiciones que nos da por que cuando viene esa bendición que tanto estabas esperando te vas alejando poco a poco de El pues ahora sientes que no te hace falta nada y es que muchas veces le damos el primer lugar a la bendición que Dios nos ha dado y no a El mismo.
Por otra parte cuando vemos que tenemos poco y no vemos que Dios nos da bendiciones materiales nos quejamos y reclamamos y es ahí donde tampoco le somos fieles pues si tenemos mucho nos olvidamos de El y si tenemos poco le reclamamos y es que muchos no aceptamos lo que Dios nos ha dado, queremos tener grandes cosas y si no las tenemos entonces ya no somos igual con Dios, muchas veces actuamos como niños caprichosos y no nos importa.
Entonces empiezas a descuidar la relación que antes tenias con El. Ahora ya no tienes tiempo para hablarle o simplemente no quieres, ahora ya no tienes tiempo para congregarte o no te nace hacerlo, ahora no tienes tiempo para leer su palabra es mas ni sientes el deseo de hacerlo, nos volvemos indiferentes.  Lucas 16:10.  El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.
Ser fiel a Dios tiene su paga. Es positiva. Se refleja en enormes bendiciones, tanto materiales como espirituales.
Las Escrituras nos enseñan que sobre aquellos hombres y mujeres que caminan conforme a la voluntad de Dios, recaen las bendiciones. Dios prospera lo que hacen, y por supuesto, modifica para bien su forma de pensar y de actuar conforme se disponen para que Él obre en su ser.
El sabio es íntegro y en consonancia, obra en estrecha relación con lo que dice. Sus palabras encierran sabiduría y no anida rencor en su corazón, a pesar de las circunstancias adversas, ataques, críticas o daño en contra que pueda recibir. ¿Por qué lo hace así, porque tiene sabiduría sembrada en su corazón y por ende, da frutos.


LA HONRADEZ
Lo honrado, lo real, lo genuino y auténtico, la buena fe, se enfrentan en desventaja a lo deshonesto, lo falso, lo impostado, lo ficticio. 
La honradez, que expresa respeto por uno mismo y por los demás, se opone a la deshonestidad que no respeta a la persona misma ni a los demás.
Sin embargo la honradez tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad y expresa la disposición a vivir a la luz. Por el contrario, la deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento... Es una disposición a vivir en la oscuridad.
Es la honestidad que buscaba el profeta Jeremías “¡Recorre las calles de Jerusalén, mira en derredor y observa! Busca en las plazas y encuentra una sola persona que actúe justamente y busque la verdad”
La virtud de la honradez, es el honor ejemplificado en las vidas de las personas. La palabra honradez, proviene de tener y practicar el honor con los bienes tangibles, intangibles o con la fama. Como la mayoría de las virtudes y valores humanos, está presente en nuestra propia naturaleza.
Los padres tienen que enseñar a sus hijos, desde que empiezan a tener raciocinio, la honradez, dando su propio ejemplo. Realizando bien las tareas familiares, haciendo responsablemente los trabajos en la empresa y las tareas voluntarias u obligatorias en la sociedad, para que los hijos comprendan que la honradez, les proporcionará la felicidad y la tranquilidad que ellos necesitan, para una feliz convivencia en la familia, en los estudios, trabajos y sociedad. La honradez cuanto más se ejercita, más se convierte en costumbre, luego en  hábito y después en virtud.
Los padres tienen que vigilar, si los hijos llevan al hogar alguna cosa de dudosa procedencia, bien sea al volver de la escuela, de la tienda o de haber estado con sus amigos. Tienen que ser muy  exigentes, sobre el origen de esas pertenencias, pues cualquier desviación, podría ser el principio de la costumbre de apoderarse de lo ajeno, que mas tarde se puede convertir en habito y en vicio.
La honradez es:
·                  Actuar decentemente y en armonía con el cuerpo, la mente y los actos
·                  Administrar bien los bienes encomendados, tanto personales, familiares, empresariales o colectivos
·                  Aprovechar el tiempo sin engañar a los maestros, padres o jefes
·                  Cumplir la palabra dada
·                  Decir la verdad, aunque pueda traer problemas
·                  Declarar los impuestos que correspondan
·                  Devolver la fama quitada por uno mismo o por otro
·                  Devolver lo que nos han prestado, aunque sean cosas con poco valor
·                  Devolver lo que se ha encontrado
·                  Devolver lo que se ha robado, material o inmaterial, aunque no se hayan dado cuenta o no lo exijan
·                  Fomentar la ética personal, laboral y académica en las actuaciones
·                  Hablar bien del prójimo
·                  Honrar padre y madre. Cuarto Mandamiento de Ley de Dios
·                  Mantener la conciencia limpia y formada para poder actuar sin prejuicios 
·                  No adelantarse en las filas de espera
·                  No aprovecharse de la ignorancia de otros
·                  No copiar en los exámenes
·                  No copiar los trabajos de otros, que tengan derechos intelectuales adquiridos
·                  No hacer trampas en los deportes, ni en los juegos, ni en los negocios
·                  No mentir ni levantar falsos testimonios, que quiten la fama de otros (Octavo Mandamiento de la ley de Dios)
·                  No robar, nada, aunque sea de poco valor. Séptimo Mandamiento de la Ley de Dios
·                  Pagar todas las deudas
·                  Poner un precio justo, cuando vendemos o compramos
·                  Ser honrado con las disculpas, las ofrecidas y las recibidas
·                  Ser íntegros con las ideas y los hechos
·                  Ser justo en las decisiones
·                  Ser leal con los que tenemos obligación o devoción de serlo
·                  Ser rectos en la forma de vida interna y externa
·                  Tener compasión y compartir con los necesitados (Obras son amores y no buenas razones)
·                  Trabajar bien donde nos pagan, aunque no nos guste el salario
·                  Tratar bien a nuestros amigos y enemigos
·                  Utilizar sin abusar los bienes públicos, puestos a nuestra disposición
·                  Etc. Etc.

Sinónimos: Rectitud, Moralidad, Honestidad, Integridad, Conciencia, Justicia, Decencia, Entereza, Honor, Ética, Deontología, etc.
Antónimos: Inmoralidad, Deslealtad, Maldad, Vicio, Injusticia, Deshonra, Deshonor, Libertinaje, Picaresca, etc.
La honradez debe mantenerse por encima de falacias, imposturas y falsificaciones. La mejor expresión de la honradez, es mantener el derecho al honor propio y al ajeno, a la propia imagen y a la intimidad personal y familiar, que incluso está recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.