lunes, 1 de agosto de 2011

VALORES Y VIRTUDES. SUBTEMA 4 – 28 DE AGOSTO :LA OBEDIENCIA, LA SUJECIÓN, LA MANSEDUMBRE, PRUDENCIA.

ELABORADO POR:  HNA.  YENNY VEGA DE QUINTERO

LA OBEDIENCIA:

Obediencia a DIOS
La biblia nos habla de la obediencia desde cuando creo a Adán y a Eva, en el huerto del Edén ¿Por qué Dios colocó un árbol en el huerto, para después prohibir a Adán comer de él? Dios quería que Adán lo obedeciera, pero Él le dio la libertad de la elección. Sin una alternativa, Adán habría sido como un prisionero, y su obediencia habría sido hueca. Los dos árboles presentaban un ejercicio de decisión, con recompensas si se elegía obedecer o tristes consecuencias si se decidía desobedecer. Cuando usted se enfrente a la alternativa, siempre elija obedecer a Dios. Génesis: 2-17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Dios quiere que el ser humano obedezca su palabra (hacer su voluntad) porque esto trae bendición y vida eterna a su vida.Mateo: 7-21  No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad demi padre que esta en los cielos.

Obediencia a los Padres
Mientras los hijos dependen de los padres, deben obedecerles; y aunque esta obligación acaba cuando deciden -por ejemplo, casarse, con la mayoría de edad, etc., lo que nunca debe acabar es el respeto que deben a sus padres.La honra y obediencia a los papás es el quinto mandamiento en la ley de Dios. Es el primer mandato que se dirige al hombre en su relación para con sus semejantes, y es una manifestación a la unidad familiar. De allí debe de partir la buena relación entre los padres e hijos. Los hijos se hallan en la obligación de obedecer a sus primogénitos.Las bendiciones de Dios se demuestran cuando los hijos asumen la responsabilidad de respetar a sus padres.

Es la honra filial, que ordenó Jehová: ¨Cada uno temerá a su padre y a su madre.....Yo Jehová vuestro Dios.¨ Levítico 19:3.; ¨Y maldito el que deshonrare a su padre y a su madre¨ Deut.27:16.; Jesús lo ratificó: ¨Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Mateo 15:4.  Por lo tanto se recomienda que los hijos desde la tierna edad sigan las enseñanzas de sus padres.

La obediencia y el respeto hacia los padres es algo que se ha perdido mucho, lamentablemente. No quisiera generalizar esta postura, pero, muchos hijos, niños y jóvenes, ya no respetan a sus progenitores.  Que triste es cuando se lee, escucha o, se ve, en los medios de comunicación, acerca de hijos pegándoles, maltratando, o hasta quitando la vida a sus padres.  También, se está poniendo de moda que hijos demandan a sus papás, porque dicen de injusticias que éstos cometen contra ellos. (En algunos países). 

Al hijo que se le ha enseñado el temor de Dios, que se le ha dado la educación del Señor, siempre tendrá el deber de respetar a sus papás. Escucharlos, obedecerlos, tenerles paciencia, tratar de comprenderlos; sin gritos, sin discusiones que lleven al odio, la rencilla y el rencor. Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.¨ Efesios 6:1.
Revisa sobre este tema :
Éxodo: 20-12, Colosenses: 3-20, Proverbios: 10-1, Proverbios: 13-1, Proverbios: 17-25


LA SUJECIÓN:

Va ligado a la obediencia.  La persona que se somete y se deja dominar por otros aceptando su voluntad y obedeciendo lo que le imponen.

Sujeción: Vemos que la Biblia nos enseña que la sujeción es la forma en la cual nos debemos comportar uno frente al otro. En Efesios 5:21 la Biblia dice: 21 Someteos unos a otros en el temor de Dios. Sujeción no tiene que ver con rendirse que normalmente envuélvele el no tener ninguna otra alternativa sino que está ligado a los conceptos de “soltar” y al concepto de gozo que la Biblia nos presenta.

Un ejemplo muy claro de no sujeción es la vida de Absalón hijo del rey David. De todas las sujeciones, una de las que más trabajo le cuesta a la mayoría de los creyentes, y al mismo tiempo una de las que mayores dolores de cabeza les ha dado a los líderes de las iglesias, ha sido precisamente esa: la sujeción al liderazgo de una congregación local. En la carta a los Romanos, encontramos un punto que, de tan controvertido, muchos quisieran que nunca jamás hubiera sido escrito; ¡y hasta llegan a cuestionar al propio Pablo por haberlo hecho!

(Romanos 13: 1)= Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.

Si examinamos Tito 3:1, veremos que este texto respalda da alguna manera al antes mencionado, cuando dice: “Recuérdalesque se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra”. No es el único. 1 Pedro 2:13, al respecto, agrega que: Por causa del Señor, someteos a toda institución humana (Y aquí también entra la iglesia).

LA MANSEDUMBRE

La palabra mansedumbre significa bondad, humildad.  Mansedumbre modera la ira y sus efectos desordenados. Es una forma de templanza que evita todo movimiento desordenado de resentimiento por el comportamiento de otro.  Es otra virtud que se desarrolla en nuestra vida cuando somos controlados por el Espíritu Santo. Cuando oímos la palabra manso siempre pensamos que se trata de debilidad, al contrario manso es una palabra poderosa del Nuevo Testamento, quiere decir: “tener el poder siempre bajo control.” Jesús es el ejemplo supremo de una persona mansa. ¿Fue Jesús débil? En ningún momento, solo observémoslo en el templo reprendiendo el pecado con tanta autoridad, él era un hombre tan fuerte pero al mismo tiempo tan manso.

Él dice: “aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas” Mateo 11:29. La mansedumbre no se enfurece contra las personas que no debe de enfurecerse ni tampoco deja de enfadarse contra las personas que debe de enfadarse. Debemos pedirle a Dios que desarrolle en nosotros un espíritu de mansedumbre.
No significa debilidad, sino fortaleza sujeta a control. La palabra lleva la idea de humildad y autodisciplina.  La mansedumbre es una virtud que a veces no es muy bien vista, pues se piensa que conlleva cierta debilidad. Hoy en día, en cambio, se alaba y premia la fuerza física. Tal vez no se ha considerado que se requiere más fuerza para dominarse a uno mismo que a los demás. Por ejemplo, en un enojo, o en un momento de ira es más fácil perder el control y responder mal o gritar, que mantener la calma y callar si es preciso.

Algo muy valioso tendrá está virtud que el Señor la incluye en las Bienaventuranzas y nos invita a imitarlo.  Es la historia de una mujer campesina francesa, mayor de edad, dio hospedaje a un joven chino. Este joven era ateo, tenía ideas comunistas, y trataba de convencer a la mujer de que su fe ya era cosa del pasado. La buena mujer le daba de comer y lo atendía pero, no obstante, el joven procuraba con varios argumentos, y citando a pensadores de renombre, hacerle ver que Dios no existía y que debía abandonar esas ideas. Ella se limitaba a contestarle: “Mire, joven, seguramente usted es un hombre sabio que ha estudiado mucho. Pero yo sólo se una cosa y es que Jesús nos ha dicho que amemos a los demás como él nos amo”. El joven se desesperaba pero no dejaba su empeño por convencer a la mujer.  Cierto día unos fugitivos, también comunistas, que estaban huyendo del ejército nazi, le pidieron asilo por una noche a esta mujer. Ella accedió con mucho gusto y les dejó las habitaciones incluyendo su propio cuarto y se fue a dormir a un pasillo. Les dejó ropa limpia, toallas y una cena.  A la mañana siguiente el grupo de comunistas se fue silenciosamente llevándose todo. El joven chino estaba muy indignado y furioso por el robo de esos hombres. Pero estaba aún más sorprendido de la actitud de la mujer: comprobaba que no mostraba el menor síntoma de haberse disgustado. No lo comprendía. La mujer volvía a decirle que Jesús nos pedía amar a nuestros enemigos o por quienes nos hacen un mal. Fue tal la impresión que recibió este hombre chino al ver la mansedumbre de la mujer que no solamente creyó en Dios si no que se convirtió a él.

Los mejores argumentos que favorecieron la conversión del joven, fueron el ejemplo y mansedumbre que hicieron vida las palabras de Jesús.  Aunque es un buen deseo mantener la calma en situaciones difíciles, habremos experimentado lo difícil que es. Sin embargo no estamos solos para lograrlo, contamos con la ayuda de Dios para ello. Algunos recomiendan contar hasta diez antes de hablar airados. Seguramente será mejor solicitar la ayuda divina en esos momentos.

Otros textos de referencia:
Números:12-3, Salmos: 37-11, Gálatas: 5-23, Mateo: 5-5Eclesiastés: 10-4,                                                                                                                                                     Sofonías: 2-3, Efesios: 4-2, Colosenses: 3-12, 1 de Timoteo: 6-11, Tito: 3-2 Salmos: 37-1

LA PRUDENCIA

¿Qué es la prudencia? El diccionario define este vocablo como “una virtud que hace prevenir y evitar las fallas y los peligros que acechan a la humanidad”. En otras palabras, la prudencia hace que el individuo razone con buen juicio, que mantenga equilibrio entre la armonía y la razón, y que se desempeñe con moderación y justicia

¿Qué es ser prudente?
Prudente es el hijo que reacciona antes de ofender o insultar a sus padres.
Prudente es el alumno que es consciente de sus obligaciones escolares.
Prudente es el maestro que enseña sin esperar recompensa.

Prudente es aquel que es buen hijo, buen padre y buen ciudadano.
Prudente es la mujer que practica el honor y la dignidad.
Prudente es el amigo que sabe corresponder a la amistad de otra persona.
Prudente es el que valora los talentos que tiene y los desarrolla según sus facultades.
Prudente es el que cuida de su cuerpo, que es templo del Espíritu Santo.
Prudente es el que sabe hablar a tiempo y callar en el momento oportuno. El sabio Salomón, entre sus múltiples reflexiones, dijo que había tiempo para todo: para callar y para hablar.

La prudencia hace que como individuos razonemos con buen juicio, que mantengamos equilibrio entre la armonía y la razón, y que nos desempeñemos con moderación y justicia.   La Escritura nos menciona del dulce cantor de Israel, David el pastor de las ovejas, veamos lo que el texto sagrado nos dice de él: “…es valiente y vigoroso, y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová está con él”;“Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor de él” (I Samuel 16:18; 18:15).
Esta es una de las cualidades que los distinguían y lo hacían una persona insigne. La prudencia no asume de los riesgos innecesarios. Medita sus decisiones y son pocas las veces que se equivoca.Hace que fermenten las otras esencias del comportamiento, le da cauce al valor, aplica los principios de Dios a su vida cotidiana y le pone cimientos a la fidelidad.

El sabio Salomón dijo: “En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente” Prov. 10:19 La Biblia honra al hombre y mujer prudente, los pone como ejemplo. Una persona prudente será más confiable, cultivará mejores relaciones humanas y tendrá mayor discernimiento en toda circunstancia. El hombre prudente medita sus pasos y tiene una conciencia más sensible. La prudencia está unida a la honestidad, y la honestidad a la honradez.

Proverbios: 10-19, Proverbios: 13-16, Proverbios: 16-21 y 23, Mateo: 7-24 (El hombre que edifico su casa sobre la roca), Mateo: 25 (Las 10 vírgenes), Tito: 2-6 (Jóvenes sean prudentes).

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