miércoles, 3 de marzo de 2010

BOLETIN DE REGLAS DE JUEGO


DIPLOMADO FORMADOR DE FORMADORES para Maestros de Escuela Bíblica Dominical


Enseñar se aprende solamente enseñando. Por eso, lo siguiente es indispensable para que este curso pueda llamarse "capacitación" y pueda ser certificado:



- Cada participante debe estar involucrado activamente en el ministerio con los niños, cumplir con las tareas asignadas, preparar su propia lección bíblica, según las indicaciones que recibirá en el curso, recibir las sugerencias y orientaciones sobre cómo mejorar y ponerlas en práctica. Para salir "aprobado" debe presentar su práctica de enseñanza y cumplir con:
- Puntual asistencia a los talleres y participación en los mismos (corresponde al 30% del total de la evaluación).
- Elaboración y entrega de tareas (corresponde al 30% del total de la evaluación).
- Presentación y sustentación del proyecto para la aplicación de los contenidos del diplomado (corresponde al 30% del total de la evaluación).


PERFIL DEL MAESTRO DE ESCUELA BIBLICA DOMINICAL

El maestro se convierte para el alumno en un modelo, del cual trata de imitar sus actitudes, comportamientos, valores, etc. Por este motivo en nuestra iglesia el maestro debe:

1. Ocuparse en la puntualidad en la llegada a la iglesia, escuela dominical, devocionales y reuniones programadas.

2. Nutrirse con la palabra de Dios leyéndola y asistiendo a los cultos.

3. Tener buen testimonio, tanto en la iglesia como en su hogar y su vida pública (barrio, trabajo).

4. Debe ser una persona bautizada, llena del Espíritu Santo con llamado de Dios para el trabajo con los niños, amoroso, lleno de belleza interior, reflejada en el trato con sus alumnos, compañeros de trabajo y padres de familia.

5. Comprometido, dispuesto a asistir a las reuniones programadas en todo lo relacionado con su ministerio.

6. Ser conocedor del fundamento de la doctrina de la iglesia.

7. Amar a Dios y proyectar esto a sus alumnos, enseñándoles a comunicarse con él, a través de la oración.

8. Propender que la preparación de sus clases incluya las dimensiones espiritual, cognitiva, pedagógica y afectiva, acorde a la edad de sus educandos.

9. Preocuparse por la presentación personal.

10. Reconocer sus errores y que a través del cambio enriquezca su vida espiritual y personal.

11. Esforzarse por que los alumnos reciban a Cristo como Señor y Salvador, que lleguen a ser semejantes a Él, en consagración, conducta y servicio, mediante la enseñanza y el buen ejemplo del maestro.

12. Responsabilizarse por la organización del aula, material didáctico y enseres a su cargo.

13. Tener la mentalidad abierta al cambio en cuanto a estrategias pedagógicas, sin estancarse en la tradición.

14. Desarrollar visión en cuanto a sus expectativas futuras por el desarrollo y formación de los niños.

15. Involucrar activamente a sus discípulos en el proceso de aprendizaje.

16. Ser disciplinados en la preparación de procesos de formación reflexivos y planificados; pero también hábiles para identificar la necesidad de introducir nuevas estrategias cada día para generar real interés de su grupo de educandos.

17. Mantener el entusiasmo y buen humor durante su clase, disfrutar su ministerio aún en medio de las dificultades.

18. Estar en un continuo proceso de formación

19. Ser un maestro eficaz que contribuya al desarrollo integral de los niños o jóvenes a su cargo, contribuyendo en su preparación como personas y principalmente en el conocimiento de la palabra de Dios, para que un día pueda ser un cristiano maduro.

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